Emblema de la Comunidad, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, fue el primer espacio en ser declarado Parque Nacional, junto con Picos de Europa, en 1918.
Abarca una superficie de 15.696 hectáreas y 19.196 hectáreas de Zona Periférica de Protección. Su zona de influencia comprende los términos municipales de Torla-Ordesa, Broto, Fanlo, Tella- Sin, Puértolas y Bielsa.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido constituye una unidad geográfica de primer orden. Domina su orografía el imponente Monte Perdido, 3.348 m., siendo el mayor macizo montañoso calcáreo de Europa Occidental, con las cimas de los Tres Sorores o Treserols: Monte Perdido, Cilindro y Pico de Añisclo –Soum de Ramond-, desde donde derivan a modo de brazos los valles de Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta, cincelados por las aguas respectivas de los ríos Arazas, Bellós, Yaga y Cinca.
La gran diversidad de ambientes y paisajes fue tiempo atrás ensalzada por ilustres personajes como Louis Ramond de Carbonnières, Soler i Santaló, Lucien Briet, Ricardo del Arco, Lucas Mallada, Franz Schrader y muchos otros.
Los habitantes de estas montañas también han jugado un papel determinante en el modelado del paisaje del Parque Nacional. Hasta este lugar llegan cada año miles de cabezas de ganado provenientes de los rebaños trashumantes cuya pervivencia permite mantener un patrimonio cultural y etnográfico único que otorga un valor añadido al Parque más allá de su riqueza natural.