El Parque Natural del Moncayo es uno de los más emblemáticos y valiosos de la Comunidad. Su carácter de montaña aislada entre la frontera del valle del Ebro y la meseta castellana, unido a su elevada altitud, su especial orientación y su variedad geológica, le confieren unas características especiales únicas en el ámbito geográfico en el que se encuentra, a
caballo entre el mundo Eurosiberiano propio de las zonas del Norte de Europa, húmedo y frío, y el cálido y seco Mediterráneo. Una condición que ya llevó en 1978 a su declaración como Parque Natural de la Dehesa del Moncayo.
Con 2.315 metros de altitud, alberga el pico más alto del Sistema Ibérico; pico de San Miguel. Dominante sobre las estepas del Valle del Ebro y los páramos de Castilla, aragonés y castellano a un tiempo, este Parque Natural nos muestra dos caras muy diferenciadas.
La vertiente norte, más fría y húmeda, nos ofrece pisos de vegetación tan diversos como robledales, hayedos y pinares. La cara sur “oculta”, es la menos conocida a pesar del encanto mediterráneo de sus muelas calcáreas, cuevas, peñas y barrancos. Su variada biodiversidad ha permitido que prospere una fauna igualmente rica, destacando el grupo de aves, con más de 100 especies observadas y catalogadas.
A su condición de gigante Ibérico hay que sumar un somontano drenado por los ríos Queiles y Huecha en la vertiente norte y eI Isuela en la cara sur, donde coexisten humedales y estepas, vegas y secanos, barrancos, mesas, cerros y terrazas, configurando un amplio muestrario de formas de relieve que avanza hacia el Ebro.