De silueta y colores inconfundibles, el quebrantahuesos es una de las aves más fascinantes y buscadas de la Red Natural de Aragón. Este majestuoso buitre, símbolo también de las montañas pirenaicas, sobrevive hoy gracias al constante proyecto de recuperación que se ha llevado a cabo en diferentes puntos de la península en las últimas décadas. Hoy lo estudiamos de cerca parándonos en uno de sus rasgos más diferenciadores, los ojos…
Por Susana García, Educadora ambiental
del Centro de Interpretación de Benasque, en el Parque Natural Posets-Maladeta
¿De quién es este ojo de iris amarillo y esclerótica roja?
Inconfundible, el intenso ojo del quebrantahuesos se asoma tras un antifaz negro. Esta gran rapaz está incluida en el Libro Rojo de las aves de España como “En peligro” y aparece en la categoría de “En peligro de extinción” en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Medio buitre, medio águila, se trata de un ave carroñera que se alimenta de huesos y pellejos, pero conserva algunos rasgos de rapaces que “cazan”. Rasgos que, por otro lado, no la llevan a atacar ganado; acusación por la cual este ave fue envenenada durante décadas.
Con sus hasta 2.8 metros de envergadura surca los cielos de nuestro Pirineo y sierras prepirenaicas como la Sierra de Guara en busca de pequeños cadáveres. Lo hace siguiendo la evolución de los buitres para aprovechar los huesos que dejan después de su festín. Los huesos de gran envergadura los agarra, eleva y lanza contra rocas para trocearlos y poder engullir con más facilidad.
Tiene un ojo extravagante, ¿no?
Para que nos aclaremos, la esclerótica es el tejido fibroso que protege el globo ocular (el blanco del ojo en humanos) y el iris es la estructura pigmentada que se contrae y dilata permitiendo más o menos entrada de luz en una abertura central, la pupila.
Si lo comparamos con el ojo humano, quedaría así:
¡Fascinante!
En el reino animal numerosas especies usan los ojos como forma de señal. Formas y colores llamativos pueden infundir alarma y temor a otros animales depredadores o a individuos de la misma especie que entran en competencia de nidos, alimento, apareamiento etc.
En situaciones de enfado, agresividad, estrés o deseo de aparearse, el plumaje de la cabeza del quebrantahuesos se eriza, al mismo tiempo que su esclerótica roja se inflama.
El iris de color amarillo lo comparte con muchas aves rapaces como el águila culebrera, águila pescadora y azor. La presencia de más o menos melanina en el iris puede atender a las condiciones de luz en las que desarrollen su actividad vital.
La localización de los ojos lateralmente aumenta el campo de visión. En las rapaces pueden estar localizados en posición ligeramente frontal para mejorar la visión binocular (totalmente frontal en el caso de los búhos). Poseen ojos más grandes en relación al tamaño corporal, dos fóveas en lugar de una(en humanos) y más conexiones nerviosas en la retina que nosotros. Estas características maximizan la agudeza visual de las rapaces y hacen su visión mucho más eficiente que la de los humanos.
El llamativo ojo del quebrantahuesos es capaz de localizar su alimento desde gran altura gracias a que su vista es como si llevara constantemente unos prismáticos de 8 aumentos.