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Hacia mediados de primavera surge en muchos de los espacios naturales de la RED NATURAL DE ARAGÓN una de las flores más características del reino vegetal: la de la orquídea. De colores vivos y con una constitución especialmente compleja, estas flores son un auténtico reclamo para los amantes de la botánica. De sobra conocido es, por ejemplo, el zapatito de dama, Cypripedium calceolus; una extraña variedad declarada en peligro de extinción.
Para conocer más sobre las orquídeas, viajamos hasta el Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel, desde donde uno de nuestros educadores ambientales nos descubre alguno de los secretos de esta asombrosa especie.
Por Fernando De Fruto, Educador ambiental de la Red Natural de Aragón
Las orquídeas son una familia con más de 25.000 especies en todo el mundo. Se trata de una planta muy conocida y valorada, no solo por la belleza y singularidad de sus flores, sino por los numerosos aprovechamientos que de ellas ha hecho el ser humano por sus atributos como planta medicinal y mágica. En Aragón es posible que con los últimos hallazgos se llegue al casi centenar de especies.
¿Cómo las podemos reconocer?
Habitualmente tienen muy pocas hojas. Sin dientes ni lóbulos, de borde liso. Los nervios de las hojas son paralelos. Cuentan con un solo tallo, recto y con muchas flores en su extremo. Bajo tierra almacenan sustancias de reserva en forma de rizomas. Los pétalos y sépalos (la hoja que forma el cáliz de la flor) son iguales en forma y color, menos uno bien diferente llamado labelo. Suelen sumar 6 o un número múltiplo de 3. Muchas de ellas cuentan con una bolsita de néctar llamada espolón con la que atraen a los insectos.
¿Qué estrategias utiliza esta curiosa planta?
Se dice que las orquídeas son una de las últimas plantas en aparecer sobre la tierra y que su estrategia de supervivencia está altamente evolucionada. Una condición visible, por ejemplo, en los importantes almacenes de recursos en forma de rizoma con los que cuenta o su habilidad para habitar en la mayor parte de las áreas del mundo, incluso sobre un árbol en diferentes latitudes. Pero uno de los elementos más característicos de esta especie y uno de sus componentes más diferenciadores, es sin duda, su llamativa flor. Es la forma con la que atrae a los insectos ofreciéndoles cobijo, comida en forma de néctar y sexo…. Aún cuando no tiene nada de eso que ofrecer y todo sea un engaño.
Así es la naturaleza, tan emocionante como intrigante.
