Espino de roca (Rhamnus myrtifolius)
Arbusto de ramas gruesas y nudosas, que se adosa a peñas y roquedos, preferiblemente en suelos calcáreos de media montaña, en ambientes bien soleados. Soporta muy bien la sequía. Florece entre febrero y abril. Su corteza es rica en taninos y ha sido empleada para tratar pieles y darle color a los encurtidos. Su madera tan especial, ha sido utilizada en la fabricación de objetos de lujo, de escritorio y tocador.
Fotografía: AB Peña.
“Ven a los Espacios Naturales Protegidos de Aragón y descubre sus rutas y senderos, siempre te sorprenderán”
Fotografía: AB Peña.
Oruga de la polilla del gordolobo ( Cucullia verbasci ).
Su mariposa es nocturna, de colores marrones discretos, sin embargo su oruga tiene unas llamativas tonalidades. Se alimenta principalmente de plantas del género Verbascum, conocidas cómo gordolobo. La encontramos en lugares secos, cálidos, matorrales o en laderas rocosas. En estado de pupa, esta larva puede permanecer hasta 5 años bajo tierra y en un capullo fuerte.
Fotografía: AB Peña.
«Luz y color, nubes y agua en la Laguna de Sariñena»
Fotografía: R. Muñoz.
Las lluvias del fin de semana han recrecido la laguna de la pradera de San Indalecio, permitiendo este atractivo reflejo del Monasterio de San Juan de la Peña sobre la lámina de agua.
Fotografía E. Andrés.
Orquídea abejera (Ophrys apifera)
El arte del engaño y la falsa apariencia que despliega esta orquídea es un efectivo método para continuar con su ciclo biológico. Una adaptación ingeniosa y excepcional.
Fotografía E. Andrés.
El Parque Natural Posets-Maladeta posee pequeñas pero importantísimas reliquias de épocas frías pasadas: los glaciares. En la actualidad, todavía pueden observarse algunos de ellos en el Parque Natural, aunque lamentablemente, cada día ven reducida su extensión y espesor. Hace unos 50.000 años, la lengua del Glaciar del Ésera ocupaba todo el Valle de Benasque, con una longitud de 36 km y hasta 700 metros de espesor. Quizá las nieblas que se han originado estos días en el fondo del valle, puedan ayudarte a imaginarla.
Fotografía: S. García.
Esfinge del chopo (Laothoe populi).
Es una de las esfinges más abundantes, frecuente en zonas bajas, bosques abiertos, parques, especialmente donde hay chopos o sauces, plantas de las que se alimentan, pero también de diversas especies de las familias Fraxinus, Quercus, Betula, Alnus, Rosa, Crataegus, Cotoneaster, Malus, Laurus y Ulmus.
Fotografía: E. Requejo.
Avutardas (Otis tarda)
Mirando a las avutardas observamos como otean con recelo a su alrededor. Son la especie más voluminosa de la fauna ornitológica de la Península Ibérica, habitante esquivo de las llanuras cerealistas que comparte territorio con otras muchas aves de características crípticas. La discreción es siempre una buena estrategia para pasar desapercibido.
Fotografía: C. Franco.
El cromatismo de los paisajes de la Reserva Natural Dirigida de la Laguna de Gallocanta, es seña de identidad renovada tras la partida de las grullas y la llegada de la primavera.
Fotografía: C. Franco.
Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus).
En esta imagen un Herrerillo capuchino. Ave insectívora de pequeño tamaño, grácil, vivaz y excelente acróbata. Muy ligada a masas forestales, principalmente coníferas, encinares y otros bosques de frondosas.
Fotografía: J. Beneito.
Oruga. (Especie a determinar).
Tras la eclosión y alimentación continua, las orugas mudan su aspecto y aumentan de tamaño combinando diferentes estrategias para sobrevivir; en función de la especie y sus adaptaciones, sus colores serán más o menos atractivos. Los ritmos de la estación y la suerte frente a depredadores y otros riesgos, marcarán el paso a la siguiente fase.
Fotografía: A. Alonso.