Una mascarilla higiénica común, abandonada en un entorno natural, puede tardar en degradarse entre 300 y 400 años.
Y mientras desaparece, puede afectar de muchas formas a los animales y las plantas del entorno, al agua y a los suelos.
Recuerda: «La mascarilla es para ti, no para la naturaleza»
Y además de la mascarilla, no debes abandonar ningún tipo de residuo en la naturaleza (guantes, pañuelos de papel, toallitas, restos de comida, etc).
¡El entorno debe quedar como si no hubieras pasado por allí!